Just breathe

Hoy es la entrega de premios de ACHAP (Asociación Chilena de Agencias de Publicidad). El Oscar chileno de los publicistas. Así que preparo mi hígado y mi ego –cosa que el primero no colapse y el segundo no se desborde-, ante el rumor con sabor a certeza -ya que no es oficial pero conozco a buena parte del jurado- de que BBDO ganó el premio de Agencia del Año. Y la exactitud de saber que mi grupo fue el que más premios ganó de la agencia. Yo, aporté con dos platas y un bronce. Y aún así fui de los que menos trofeos va a subir a buscar.

Mientras, en el mundo real, subo con mi dupla al piso 25, al Bar-Tita (llamado así por quien lo atiende, la Martita. En realidad le ibamos a poner Su Bar Caseaux o BEBE de Oh!, pero ningún nombre fructificó) y le pido a la susodicha una pepsi Light con hielo, mientras me siento en la mesita-tipo cabaret futurista y disfruto la panorámica de este extraño Santiago de cielo blanco y limpio.
Tamborileo el lápiz en el cuaderno, muevo el vaso para oír el “clin clin” y disfruto el único sonido de la sala: el del viento que se cuela por la ventana medio abierta.
Me acuerdo que con H no hemos hablado casi nada esta semana. Heavy, porque estamos todo el día juntos.
Así es la cantidad de pega que hemos tenido.
Pero bueh, así es esto a veces. Como en el colegio: a veces no tienes nada que hacer, luego tienes que desdoblarte para hacerlo todo.

Así que rayamos hojas. Conversamos. Pensamos en otra campaña de relleno. De esas sin presupuesto, con fotos obligadas y timing mínimo… Pero mi cabeza suena como las voces de los papás de Charlie Brown. Rayo la croquera sin pensar realmente en la “comodidad, seguridad y rapidez”. Estoy con demasiadas cosas en la cabeza:
La fiesta de fin de año, que se viene muy rápido y faltan muchas cosas por hacer; la entrega de premios, donde voy a ver a mis ex colegas de la otra agencia, que para variar no ganaron prácticamente nada; la rica filmación que me toca este viernes desde las 8 pm hasta las 6 am del sábado… y mi guata-guagua, cuya imagen 4D vimos anteayer con la Romi y no deja de sonreirme en la cabeza.
Muchas cosas que pensar. Mucho que hacer. Mucho que esperar.
Odio los prólogos.