28.4.06

Eeeeek!!...

La semana terminó con un frenazo a concho.
De mi revoluciones, a relentí.
Y yo, uf, ¡¡gracias!!
Primera vez desde que volví a McCann que por fin puedo sentarme, relajarme y mirar al techo. Así que me hice un té verde –gracias a la Pame por el dato donde encontrar uno de verdad rico-, me paseé por los pasillos y saludé gente. Relax total. De paso, Skypeé con mi barcelonés friend Danumpa y almorcé relajado en mi departamento.
Además me mandaron el aviso que ganó Grand Prix en Cannes. McCann sacó sólo Bronce con una frase de radio de Duracell (que no conozco). Pero el que ganó Grand Prix, de mi ex agencia BBDO, está realmente increíble.
Que Fiap. ¡Está para Cannes!
Corte. A Boss le llegó el disco de Frijoles. Buenísimo. Si la hacen bien, van a ser el nuevo hit. Se los digo! Anótenlo. Buen material, buen proyecto, buenas canciones... Démosle nomás.
Hojeo la Blank que me llegó recién (Javier habla de la caña; Tomás de la envidia. Esa misma que siento tantito por la cantidad de premios que están apareciendo en todas partes menos acá)
Entretanto, Pollo hace sus maletas para Europa.
H hace sus maletas para Europa.
Leo hace sus maletas para Europa.
Boss hace su maletota para los 4 meses de intercambio en McCann Estocolmo...
Y yo? ¿Qué cresta hago acá?!!... ¡Todos se están yendo!
Por mientras, tamborileo el casco de la moto escuchando Frijoles y me relajo. Conversamos sobre la nueva peli de Woody Allen (Match Point, su primera cinta filmada fuera de NY) y pienso en qué ponerme para el matrimonio de la noche. Ahora que tengo 5 kilos menos, las opciones se ampliaron, jeje.
¿Qué más? Que mañana nos juntamos en mi departamento para despedir a H así que vamos a inaugurar la nueva decoración que nos mandamos. Mmm aunque luego de ver las cuentas de la Visa y la MasterCard como que me está dejando de agradar el new look.

En fin. Se acabó el mes, se viene el fin de semana largo y ... ¡nada! A disfrutarlo, señores.
Desenchufense del computador, paseen, diviértanse, tomen un vinito rico en mi nombre y nos vemos el martes.
Salud por eso.¿Qué tal el new look?

24.4.06

Male bonding

Vengo llegando del Club de Tobi anual.
(Óigase coro celestial)
Club de Tobi. Dícese del momento aquel en que recargamos las pilas y la testosterona para todo lo que queda del año.
Y pucha que me hacía falta.
Esta vez, nos repetimos el plato con la parcela en Sarmiento (a 10 mins. de Curicó). Asados bien regados, risas fuertes, palmeteos en la espalda y el sentimiento de despedida de soltero versión larga ambientado en bosca y humo de puros.
Estuvo bien bueno. Asados, poker, mucho mucho vino, ron, whisky, cacho y dominó. El cliché adulto-masculino en formato de tres días.
Aunque, claro, con mi actual dieta fue menos borroso que los anteriores… pero bien igual. Dormí mucho, compartí todo lo que no comparto el resto del año con mis parientes… y, claro, me reí mucho

Este próximo viernes es el matrimonio de uno de los tobianos. Así que nos vamos a reencontrar lueguito, todos muy compuestos y de traje; con las señoras colgando del brazo.
Va a ser divertido el contrapunto.

17.4.06

Get lost

Y resulta que llego de lo más relajado luego de las vacaciones, y ZAS!, que en la agencia están todos vueltos locos. Algunos trabajaron el domingo, licitación para este viernes, comerciales para el martes, catálogos colosales para el miércoles... Uf.
Vuelta al trabajo y en quinta.
Pero no importa. Tengo las vacaciones fresquitas y la sonrisa no me la saca nadie.
Or not yet, at least.
Y es que siguiendo con esto de ser turista en el terruño –el centro, sus cafés y tienditas ya me las conozco como nadie-, me dio por ir a perdernos a Valparaíso. Cual turistas. Cerro arriba, por esas callecitas imposibles, mirando casas de colores y sintiendo la brisa marina entre las construcciones victorianas y las baldosas de colores.
Nos topamos con el Bar Cinzano (que partió en 1896 y sigue tan campante, mire usté), subimos por ese mismo cerro hasta el paseo Atkinson y nos sentamos en la hiper-panorámica terraza del increíble Hotel Brighton a tomar capuchinos y a comer pasteles del buffet de postres. Sí, me salí de la dieta. Pequé. Mientras, de fondo, unas gaviotas intentaban gritar por sobre Bing Crosby, pero no lo lograron.
De ahí, la ropa increíble de Design For Valparaíso me dejó con cargo de conciencia (mi meta es no comprarme nada de ropa hasta que baje los malditos kilos de más). El coche de Nicolás se volvió 4x4 entre las calles de adoquines y los paseos con olor a siglo 19 que nos terminaron por mostrar este Valparaíso que, para variar, conocía sólo de oídas.
El centro es un Baires cualquiera. Puertas de roble antiquísimas; rococós en fierro y piedra; gringos con mapas, cafés muy trendys. Los troles que te pasan. Las tienditas de vinilos que aparecen de sorpresa y te dejan boquiabierto mientras sigues subiendo por calles que juegan con la ley de la gravedad.
Todo antiguo. Todo nuevo. Con ese aroma a vintage tan valpo y tan pero tan repetible.
Perderse. Turistear. Terminar sentado con un grupo de gringos que hablan de que qué bonito que es Vaparaisou... Y yo asintiendo con la cabeza y haciendo como que también soy turista... hasta que me doy cuenta que de verdad que lo soy. Plop.

15.4.06

Just cruising

Volví, pero no. Sigo de vacaciones -técnicamente hasta el lunes a las 9.29 am-pero tenía que conectarme un rato que sea.
El lunes sí vuelvo. El lunes les cuento in extenso sobre la visita al bar Cinzano, el relax absoluto mirando los barcos partir con un café italiano en mano (grande, Brighton); los paseos empujando el coche y mirando a mi guatón de 2 meses sonreir, lo nuevo de Design For Valparaíso, lo increíble de Una Historia Violenta, el preestreno de Flighplan de Jodie Foster y bla.
Después. Ahora estoy usufructuando del laptop de Dolape, tomando vino, fumando habanos y pelando el cable con negocios en el aire, proyectos increíbles y huevitos de pascua. Son las 11.30 pm del sábado, miro Santiago desde un piso 16 y sigo de vacaciones. Conversando de todo un poco, como la semana que se me está yendo.
De ahì les cuento. Nos vemos el lunes. Gracias por los saludos, ah?

7.4.06

Relax II

La segunda patita de mis vacaciones parte el domingo, entre Alto Mantagua y Concón.
Así que voy a desconectarme -de la pega y de esta virtualidad- por toda una semana, sacarme las neuras y, eso sí, intentar seguir con la dieta que, hasta ahora, me ha dado muy buen resultado.
Uf. Deséenme suerte con eso.
Mientras, busco algunos libros para llevar (Fuguet anda rayando con Haruki Murakami, así que le voy a hacer caso; sigo con "lo mejor de los mejores" y "Why we want what we want"), y películas para ver de noche. Constant Gardener está en mi lista. Porque, claro, con 2 nenes no puedo aspirar a salir de noche. Máximo a jugar pool o tomarnos un traguito en el bar del resort.
Pero bien. Todo bien. Así que mi próxima semana viene con caballos, piscina temperada, paseos por Valparaíso (¡me encanta caminar por Valparaíso!), mariscos, pool y siestas. Hacer castillos de arena con Sebastián, mostrarle el mar por primera vez a Nicolás y ver atardeceres con aroma a sal con la Romi.
Uuuuf, ya quiero que sea domingo para partir. Nos vemos a la vuelta.

4.4.06

Alta Felicidad



Anoche, justo mientras la Romi miraba la bazofia esa de “La Casa” (con mucho respeto a las bazofias), yo me acostaba, tapándome hasta las orejas con el recién re-estrenado plumonzote de plumas de ganso –una de las pocas cosas que adoro del frío y uno de mis mejores regalos de matrimonio-, un bowl con jalea Light (10 calorías por pote, ojo), mi almohada con cola a mano… y póngale play a “High Fidelity”.
a.k.a. Alta Fidelidad. John Cusack. 2000. Clásico entre los clásicos.
Me encanta la película. El libro (Nick Hornby) está ambientado en Inglaterra, y dicen que -as usual- es mejor que el flick, pero nunca me acuerdo de buscarlo. En fin. La cosa es que me contagió la onda noventera de la película. Y lo recuerdo justo ahora que Romamini –mi vecino de mac- trae su recién importado “Three E.P.`s” de The Beta Band. Oh coincidencia, el mismo disco que Cusack vende en 5 minutos en la tienda con sólo poner el track 1 "Dry By the rain". Ahora sé por qué. Me sirve de soundtrack e inspiración para escribir el siguiente TOP FIVE. Muy a lo Rob Gordon.
Why? `Cause is my blody blog and i do what i want in it. aàit?
Enjoy.

TOP FIVE de canciones para escuchar un lunes en la mañana:
1) You Gotta Be, de Desiree. (para despertar sin sobresaltos, pero con una sonrisa en la boca)
2) You and me song, de The Wannadies.
3) Otto`s Journey de Mylo (ya vamos más power; cuidado con bailarlo y caerse en la ducha)
4) Putita, versión de Bitman y Roban para Mezclas Infames
5) Boys don`t cry, versión de Jaimy Lancaster para Jazz and 80`s.

Y siendo un poco más contingentes, aprovecho que se viene el finde largo para este otro...

TOP FIVE de canciones para viajar:
1) La Breeze, de Simian (disco We Are Your Friends, pídanlo en la B)
2) DON, de Miranda (hasta ahora seguimos en Santiago)
3) Full Carretera: Move Your Feet de Junior & Senior
4) Take California de Proppellerheads (Decksandrumsandrockaroll)
5) Breathe, de Telepopmusik (sólo para evitar subir de 120 de pura emoción)

Se me quedó afuera "Do you Want to" de Franz Ferdinand; lo último de Cerati y clásicos del estilo Blood Sugar Sex Magik y The Strokes... pero qué tanto.
Suelto el micrófono. Dele usté ahora. Alta-fidelizémonos. TOP FIVE de qué se les ocurre?...

Mr. Potato Heart

Dolape toma un sorbo de su vino y, cual iluminado, suelta:
"Yo no tengo un corazón. Tengo una papa".
Y la Coté asiente.
"¿Qué?!"
"Eso. Que tengo una papa en vez de corazón".
Apuro mi copa y le pregunto que qué argentinismo es ese. Ninguno, me dice. Es que como ha vivido tanto tiempo solo -estudiando, viajando, haciendo negocios-, se ha vuelto una persona a la que las vueltas de la vida lo tienen sin cuidado.
Dolape viene de vuelta en esto de las subidas y bajadas. Se curtió.
Así que su corazón, según él, se ha vuelto una papa.
Y me puse a pensar. En voz alta, claro. El ser "papa" (término que hicimos propio en menos de una hora) es un síntoma típico de los vapuleados argentinos... y de las sociedades primer mundistas. ¿Que los franceses son fríos? ¿Que los gringos no pescan a la familia? De más. Pero porque la mayoría se va de la casa a los 18 (como mi buen Dolape), a buscar su rumbo. Se hacen más duros; más curtidos.
Se hacen "papa".
Y está bien. Encuentro increíble que este che esté un día en un hotel cinco estrellas tomándose un fernet y al día siguiente le de lo mismo hacerlo en un boliche de la esquina. No tiene trancas con perder o ganar; con que su negocio se venga abajo o se vuelva un magnate. El carpe diem a la argentina se llama "tener corazón de papa", y se aplaude.
El problema es cuando empiezas a pensar en asentarte. En tener una relación más sólida. Esto -ya generalizando- hace también que Europa y Estados Unidos sean los lugares con más solteros mayores de 30. Un país que envejece, porque nadie atina a hacer latir su "papa" y empezar a invertir en el corazón. Hijos, familia, relaciones.

¿Vamos todos para allá? Conozco a varios que ya están ahí. Mucho carrete, mucho glam, muchos viajes y negocios... pero el corazón, papa.
Dolape lo dice y se ríe. Pero en el fondo quiere despaparse.
Y ese, mi buen che, ese el primer peldaño a la despapalización.
Vamos que se puede.

3.4.06

Placeres

Este finde estuvo cargado de placeres absolutos.
Así. Tal cual. Y como me gusta compartirlos, tomen su palm; abran su "stickies", o simplemente agarren una servilleta y el eterno bic y grábense estos datos que me aprendí empíricamente estos dos últimos días:

Si estás aburrido, no hay mejor forma de salirte de la modorra que pegarte un viaje al centro de Santiago. Ya lo posteé hace unos días y parezco pegado, pero realmente el downtown criollo está cambiando. Demasiado.
El sábado partí con la family estacionándome cerca de la ya conocida calle Merced -donde está el Emporio la Rosa y el recientemente inaugurado Catedral-. Luego de una vueltecilla por la zona ondera del centro (les recomiendo especialmente el cheescake de chocolate del Abarzúa y las tienditas de libros y discos de Merced), paseamos un rato por la callecita de antiguedades y seguimos hacia el centro.
¡Y qué centro! Si parecía más Palermo que ahumada. Lleno de tienditas y cafés y pizzerías y restobares muy trendys. Tan trendy como la tienda TXT!. Un outlet cultural que nos dejó pegados por un buen rato entre libros baratísimos (me compré "Lo mejor de los mejores", una selección de 10 cuentos cortos con lo mejor de la narrativa argentina conteporánea, $2.990), discos de lujo y DVDs imperdibles. De lo último y de lo clásico. Todo seleccionado con pinzas.
De ahí seguimos aplanando calles hacia Moneda... pero una vez más terminamos deteniéndonos ante la cantidad de shows callejeros que llenan el adoquín céntrico. Payasos, malabaristas, chinchineros y ese aroma de vainilla y caramelo gentileza del Conejo de Nuts 4 Nuts. Clásico.
Al llegar a Moneda, un súbito orgullo me agarra por la nuca. ¿Este es el palacio de la moneda? Porque, claro, lo conozco... pero está distinto. Remozado. Impecable. Con carabineros vestidos de gala que te sonríen y te dan la bienvenida (de hecho Sebastián les hizo unos movimientos Power Ranger y ellos le siguieron el juego). ¿El patio de los naranjos? Precioso. Y la nueva zona...
Uf, eso es otra cosa: Un espejo de agua a la entrada, el Centro Cultural del -1 (¿estamos en Barcelona o en Santiago?) y ese aire cosmopolita que se está agarrando la capital que, wow, está de pelos.
¿Seguimos?

La tarde llegó con un vino blanco y unos rolls gentileza del Izkaya Yoko (merced 456).
De ahí, vuelta al depto para seguir el pure pleasure con una juntada en mi terraza. Picoteo, un Santa Carolina Estrella Dorada (clásico de los clásicos) y el soundtrack perfecto para el fade out:
Babasónicos, remezclas. Un guiño para el tímpano. Porque todo lo que viví el sábado fue un remix. Una versión 2.0 de clásicos que, juntos, dan el puntapié a este nuevo chile del que todos hablaban.
¿Saben qué?
Llegó. Vayan a verlo.