Viernes, adelantamiento one: salida a comer con la madre de mis nenes al Rivoli. Pero sin nenes, nótese el regalo doble. La mejor muzzarela de Santiago de aperitivo, un rico vino, pastas exquisitas y un Tiramisú compartido. Sábado, adelanto del Día de las Madres en casa de mis viejos, y todos saludando un día antes porque el lindo tiene que partir. Así mi viejo luciéndose con su ceviche en conchas de Ostión, unos Caipirinhas como sólo a él le quedan (dice que lo aprendió de un viejo en una selva en Brasil, cerca de Curitiba), y ¡más pastas!, con otro vino exquisito y postres varios para cerrar el boliche.
Uh... a estas alturas no sé si cambiar mi blog a uno de gastronomía??
Cuento corto, son las 23.42 del Domingo, Romimamá ya recibió su regalo de parte de sus hijos -todas las temporadas que le faltaban de Sex & The City, considerándome uno más a veces, vale por tres -, yo partí tempranito a seguir juntando millaje con destino a Puerto Varas, check in en el Meliá Patagonia, luego un almuerzo en el Puro Toro (Mucha madera, muchas piedras y cielos altos; mucha gente celebrando, mucha provoletta, Montes Alpha y piscos sours), luego un cóctel de bienvenida (?!)... y por corte, heme aquí...

Sí, Domingo y yo trabajando. Pero acá...

...así que no me puedo quejar. Mucha gente de muchos países, una vista impresionante -cuando no está nublado-, y con un calorcillo mezcla de hospitalidad, plumas de ganso y tranquilidad: no me perdí el Día de las Madres. Simplemente tuve que adelantarlo.
Así que desde lejosh, ¡feliz día, mamás! Mira que la Romi más la biológica, hacen dos.
1 comentario:
pucha que suerte. Te envidio sanamente! Saludos
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