Día tres:
La estufa mala, llamo y la cambian. Mirá que rapidez.
Dos: Salir y sentir una cubeta de hielo puro en los ojos fue como lo mismo: Baires seguía con sol, pero con un viento helado que me hizo subir mi cuello, ponerme el gorro a lo esquimal, guantes y empezar a caminar rapidito.
Caminamos medio metro, tomamos un taxi y, como bueno domingo...
¡A San Telmo, che!
Tres: llegar; y la clásica: tienditas; antiguedades. Los cubiertos antiquísimos de plata; los viejitos conversando. Los cuadros espectaculares a menos de 20 lucas. La gente. Mucha gente; muchos brasileños. Un galpón enorme lleno de ropa de diseño, con los mismos diseñadores -todos menos de 30; todos- vendiendo sus exclusividades a precios mmm decentes, para ser exclusividades.
De ahí, acordarse que una Caja Vengadora -los publicistas me entendieron- no es un gran desayuno. Y justo que a mi lado pasa un tipo vendiendo empanadas. A 3 pesos.
Tomá, pasá, disfrutá. La Romi me mira con cara de "agh, de la calle?", yo la miro con cara de Anthony Bourdain. Vos sabés.
Más allá, buscando un restorán o algo, un tumulto de gente: un tipo con pinta de panadero, con una canasta gigante recibiendo billetes de $5.
"Panes reSHenos", me dice.
"De muzzarela, tomate y albahaca; de Queso y ceboSHa..."
Y yo, pensando que era eso, un PAN, lo pido.
...
Gran sorpresa, señores: el dato No.6 aparece entremedio de paños blancos:
Imaginense una empanada GIGANTE. Del porte de dos manos, rellena de cebolla y queso.
Absolutamente para compartir. Recien hecha, hirviendo; y la Romi y yo comiéndola mientras miramos a un tipo que toca a dos notas un tango espectacular.
Uf, se me hizo agua la boca.
La postal es esta: Turistas pasando; el vapor del Pan relleno. Palomas en el suelo de piedra y la gente aplaudiendo al tipo.
Yo aplaudo hacia el pan, pero enfocando al tipo también. Dos en uno.
Luego, caminar. Y caminar. Y caminar. Y un frío de mierda que me importa una idem, porque vamos por la calle mirando la arquitectura espectacular. Hasta Puerto Madero. Viento heladísimo. Agujitas que me llegan a los ojos -y yo cual esquimal y sintiéndome medio resfriado-, siguiendo a la Romi que se está subiendo a la Fragata no-se-cuánto. Un museo en el río que nos duró una hora fácil. Entretenidísimo.
Y caminar. Y tomar Corrientes desde que parte, hasta sentarnos en un restorán a la antigua. ¿Almuerzo? nah, ando con ganas de tres cosas: - Un jugo de naranjas, - Tres medialunas.. y - Un flan mixto, por favor.
La Romi un café y medialunas. Clásico rominero.
Todo entre conversa, suspiros de "qué lindo todoooo" y miradas. Como si no hubiera venido como 6 veces ya. Y como si no lleváramos 6 años casados ya.
Seguir caminando. La Romi quiere comprarle SHA dulces y regalos a los niños y yo lanzo la estúpida: "Vamos a un supermercado a comprar dulces; no vamos a ir al centro..."
El problema es que NO HAY supermercados en Buenos Aires. Grandes, no. Y no lo sabía.
Así que un dolor de pies inmenso más tarde, salimos de un supermercado Disco, enano, cargados de bolsas. No tan enanas. Uh.. demasiado cargados. Entre licores de dulce de leche, alfajores -hay algunos que todavía no llegan, ah?- y luncheras de Lazy Town y jarros de Shrek, tomamos un taxi, me desmayo en la cama y pensamos:
"Now what?"
Cine.
¿¡Como cine, fanático?! ¡Si estamos en Baires!
¿Y? ¡Vaaaamos!, de ahí vamos a algún restorán italiano y comemos pastas, si ya lo caminamos todo!
Así que eso hacemos: la elección, "Rattatouille". La sorpresa, 1) el cine es una mierda, jaja 2) está en "¡argentino!" ni neutro ni medio-che. Argentino total, y 3) es la mejor película que he visto en meses.
Corte. A la salida -tipo 1.30 am-, todo lleno. Y yo sin poder creer la vida de la ciudad.
De ahi, claro, tampoco sin poder creer que caro que está todo cuando nos vamos del restorán; ahí en Lavalle, a medio metro del depto.
Pero las pastas de Baires son increíbles, y el mozo nos atendió como reyes... y, claro, es nuestro Aniversario.
Que no te importe, che.
Día 3, fin.
10.8.07
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3 comentarios:
licor de dulce de leche!!!!! lo que dejé en bs as!!!!!
envidia... hummm
Vos si que impiras envidia... pero de la sana...
que bueno que sus datos y su caminata... lo hayan llevado a pasar unos buenos dias...
espero que se repitan no solo en BA, sino que en santiago tambien...
Uf, es que no niños y con frío, es más dificil en Santiago.
Pero espérate la primavera, que me vengo del encierro.
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