Ok, la idea es esta: no los quiero latear con un resumen de 3 semanas completas de vacaciones, asi que salgo de mi bucolica tecnofobia para hacerles un resumen ejecutivo.
Me van a perdonar, eso si, las faltas de ortografia. Estoy en un computador con teclado gringo.
Pero el resumen es este: Isla de Maipo. Zona de vinas. De caminos de alamos y hojas secas, cielo azul -las nubes rara vez aparecen por aca-, y el silencio mas absoluto.
Bocinazos? No oigo uno en 2 semanas.
Tacos? Si, ayer hicimos unos super ricos.
Estas dos semanas han transcurrido entre piqueros. Sebastian aprendio a nadar la semana 1, la Mopa se cree Nutria y se tira a cada rato, asi que tengo que andar persiguiendola con el cepillo a la perra tonta, queda toda enrredada. Ines del Alma Mia de Isabel Allende, buenisima. Me hace olvidar la copia horrible que hizo con un par de libros (lease Garcia Marquez). De ahi, Ghosts de Chuck Palahniuk. Y tantos libros de diseno y decoracion que con la Romi ya estamos que nos vamos al Easy a la vuelta a Santiago.
Eso. No mucho mas. Relajo. Vinos. Conversas. Una ida al cine, varias horas de dormir...
Y me llaman a un asado. Los dejo. Nos vemos a la vuelta.
27.1.07
11.1.07
El cuestionario de Bernard Pivot
A las 11 de la noche, cuando típico que ya no alcanzaste a agarrar una película y tampoco tienes tanto tiempo como para empezar un DVD, “Inside the Actor`s Studio” es el lomo de toro de mi zapping. Me quedo pegado siempre. Principalmente porque me encantan las respuestas del clásico cuestionario de Bernard Pívot.
Así que les propongo un juego, en este último post pre vacaciones.
Así se entretienen si entran y no ven un post nuevo).
Ya. ¡A contestarlo!
Yo parto.
¿Cuál es tu palabra favorita?
Blanco
¿Qué palabra te carga?
Masticar
Algo que te “encienda” creativa, espiritual o emocionalmente
Mirar a los ojos a mis hijos. Va a sonar cursi a cagar, pero es la forma más heavy que siento que parte de mí está en ellos.
¿Qué te “apaga”?
La mediocridad.
¿Cuál es tu garabato favorito?
¡Conchetumadre! (pero dicho con volumen; desde la guata. Bien pronunciado. Con pica)
¿Qué sonido te encanta?
La aspiradora sonando cuando estoy durmiendo. Debe ser alguna manía que me dejó mi maniática madre: siempre aspiraba mi pieza mientras yo dormía.
¿Qué sonido odias?
La voz de los relatores en un partido de fútbol de radio AM.
¿Qué profesión, además de la tuya, te gustaría tener/hacer?
Presentador de un programa de viajes.
¿Qué profesión odiarías tener/hacer?
Ingeniero Comercial
Si el cielo exite, qué te gustaría que te dijera Dios en la puerta?
¡¡Grande, Ritaaaa!!
Así que les propongo un juego, en este último post pre vacaciones.
Así se entretienen si entran y no ven un post nuevo).
Ya. ¡A contestarlo!
Yo parto.
¿Cuál es tu palabra favorita?
Blanco
¿Qué palabra te carga?
Masticar
Algo que te “encienda” creativa, espiritual o emocionalmente
Mirar a los ojos a mis hijos. Va a sonar cursi a cagar, pero es la forma más heavy que siento que parte de mí está en ellos.
¿Qué te “apaga”?
La mediocridad.
¿Cuál es tu garabato favorito?
¡Conchetumadre! (pero dicho con volumen; desde la guata. Bien pronunciado. Con pica)
¿Qué sonido te encanta?
La aspiradora sonando cuando estoy durmiendo. Debe ser alguna manía que me dejó mi maniática madre: siempre aspiraba mi pieza mientras yo dormía.
¿Qué sonido odias?
La voz de los relatores en un partido de fútbol de radio AM.
¿Qué profesión, además de la tuya, te gustaría tener/hacer?
Presentador de un programa de viajes.
¿Qué profesión odiarías tener/hacer?
Ingeniero Comercial
Si el cielo exite, qué te gustaría que te dijera Dios en la puerta?
¡¡Grande, Ritaaaa!!
10.1.07
Cerati al oído
Al fin sucede, de Cerati es el soundtrack con el que escribo este post.
Son las 10.57 am y la máquina por fin se puso en relentí un rato. Al fin sucede. Y quedan sólo 2 días más para mis primeras vacaciones completas. Las 3 semanas de una. En la parcela. Libros, piscina, los niños, la Romi, la Mopa y uno que otro visitante entremedio. 2 temporadas completas de “24” bajo el brazo. Y el relajo. Relajo. Al fin sucede.
Y el domingo le celebramos el cumple a la Romi. Allá. Todo el día, con los que quieran llegar.
Y se calmó un poco el aire, por fin. Así que puedo sacarme las cuentas de la cabeza un rato y pensar. Eso también al fin sucede.
Lo que no me gustó nada han sido la cantidad de cosas heavy con las que partió el 2007. El año de Sagitario, dicen. Pero hasta ahora la calamidad me ha rozado. Todo el rato. De cerquita. No me ha llegado del todo… pero no sé si es como para decir que ha empezado “mi” año. ¿Como qué? Como esto:
a) Uno de mis tíos (mi 2do. papá, actually) se separa de su señora. Heavy dramón. Sobretodo por lo cercanos que éramos, y porque la Romi era como su mejor amiga. Uf. Lo bueno es que vamos a tener unas buenas 2 semanas de vacaciones en conjunto con mi tío (la parcela es de él), como para poder conversar y relajarnos y hacer que pase la pena.
b) Rec terminó así que mi homónimo friend está viendo qué hace. No es gran cosa: el tipo es seco, viene saliendo de un programa que casi armaron a pulso, y muy bien, así que le digo que se relaje nomás. Habrá que ponerle otro apodo nomás. Y, claro:
c) Lejos, lo más heavy de estos 10 días que van: JP, el Director Creativo con el que estoy trabajando estos meses, uno de esos tipos más buenos que el pan –suele pasarle a este tipo de gente; son pruebas extra, “aumento de dificultad”, creo yo- se tuvo que sacar parte de su hígado para donárselo a su hijo de 7 años. Lo heavy del caso es que lo rechazó. Así que están todos con el alma en un hilo esperando un donante.
Así de heavy partió mi año.
Pero ya. Let it flow. El 2007 partió con pica, pero alguna llave de Judo habrá que hacerle a la mala pata. Como Yang a este Ying, en la pega estoy super bien. El Nico ya gatea; Sebastián parte el colegio en Marzo. La Romi, más linda que nunca. No me faltan vinos ricos ni amigos con quienes compartirlos. Uno que otro lunch en la piscina de H; una escapada al cine. El vientecito tibio de la tarde andando en la moto... Y las vacaciones que se ven llegar.
La buena vibra me sale por los poros. Espero que eso ayude.
Y mire usted que buen final al post. Track 4 del “Ahí Vamos” de Cerati.
"Hay que cerrar los ojos para poder ver.
El diablo no es más que un angel con ansias de poder".
Eso es. Ni más ni menos. Ni el Blogger Beta me va a cagar la onda.
Nosve.
Son las 10.57 am y la máquina por fin se puso en relentí un rato. Al fin sucede. Y quedan sólo 2 días más para mis primeras vacaciones completas. Las 3 semanas de una. En la parcela. Libros, piscina, los niños, la Romi, la Mopa y uno que otro visitante entremedio. 2 temporadas completas de “24” bajo el brazo. Y el relajo. Relajo. Al fin sucede.
Y el domingo le celebramos el cumple a la Romi. Allá. Todo el día, con los que quieran llegar.
Y se calmó un poco el aire, por fin. Así que puedo sacarme las cuentas de la cabeza un rato y pensar. Eso también al fin sucede.
Lo que no me gustó nada han sido la cantidad de cosas heavy con las que partió el 2007. El año de Sagitario, dicen. Pero hasta ahora la calamidad me ha rozado. Todo el rato. De cerquita. No me ha llegado del todo… pero no sé si es como para decir que ha empezado “mi” año. ¿Como qué? Como esto:
a) Uno de mis tíos (mi 2do. papá, actually) se separa de su señora. Heavy dramón. Sobretodo por lo cercanos que éramos, y porque la Romi era como su mejor amiga. Uf. Lo bueno es que vamos a tener unas buenas 2 semanas de vacaciones en conjunto con mi tío (la parcela es de él), como para poder conversar y relajarnos y hacer que pase la pena.
b) Rec terminó así que mi homónimo friend está viendo qué hace. No es gran cosa: el tipo es seco, viene saliendo de un programa que casi armaron a pulso, y muy bien, así que le digo que se relaje nomás. Habrá que ponerle otro apodo nomás. Y, claro:
c) Lejos, lo más heavy de estos 10 días que van: JP, el Director Creativo con el que estoy trabajando estos meses, uno de esos tipos más buenos que el pan –suele pasarle a este tipo de gente; son pruebas extra, “aumento de dificultad”, creo yo- se tuvo que sacar parte de su hígado para donárselo a su hijo de 7 años. Lo heavy del caso es que lo rechazó. Así que están todos con el alma en un hilo esperando un donante.
Así de heavy partió mi año.
Pero ya. Let it flow. El 2007 partió con pica, pero alguna llave de Judo habrá que hacerle a la mala pata. Como Yang a este Ying, en la pega estoy super bien. El Nico ya gatea; Sebastián parte el colegio en Marzo. La Romi, más linda que nunca. No me faltan vinos ricos ni amigos con quienes compartirlos. Uno que otro lunch en la piscina de H; una escapada al cine. El vientecito tibio de la tarde andando en la moto... Y las vacaciones que se ven llegar.
La buena vibra me sale por los poros. Espero que eso ayude.
Y mire usted que buen final al post. Track 4 del “Ahí Vamos” de Cerati.
"Hay que cerrar los ojos para poder ver.
El diablo no es más que un angel con ansias de poder".
Eso es. Ni más ni menos. Ni el Blogger Beta me va a cagar la onda.
Nosve.
8.1.07
Kung-fu style
20.45 pm. Un café con flores plásticas. La piel pegoteada por el aire chicloso que entra por la puerta automática.
A mi lado, el bolso.
Delante de mí, toda la gente que pasa rápido. Y los niños que miran las vitrinas mientras son tirados por sus papás. Todo bajo la pátina de Morcheeba y su Big Calm. Todos sonando como una canción de un soundtrack de una película demasiado lenta para mi gusto.
Pero la salida de Santiago fue mejor de lo que pensé. Después de almorzar rápido en mi dpto. y encargarle a la Mopa –mi perra, el oso peludo y sicótico de medio metro- a mis conserjes, partí a aplanar el cemento hirviendo con mis chalas. De ahí una micro. De ahí la oficina. De ahí un par de reuniones, emails, presentaciones varias… y play a mi mp3 y al formato kung-fu.
Caminar en Santiago. No es algo que hago normalmente. Siempre ando en la moto; de la pega a la oficina; de la oficina adonde-quiera-que-vaya. Siempre rápido. Así que lo disfruté. Con el calor y todo, lo disfruté. Atiné a hacer un bolso liviano. Además, hace tiempo que no iba al metro. Nunca me había bajado en Pajaritos. La cola para los pasajes fue poca cosa. Y justo cuando daba 10 pasos para comprar algo en un kiosco… zas!, que perdí el primer bus. Puntualidad inglesa. Plop.
El segundo bus salió a los 5 minutos. 18.45 y ya enfilaba a Viña a buscar a la Romi y los niños. Toda la semana, pobrecitos, en el departamento de mis tíos en Higuerillas. Increíble. Mi tía es decoradora. El depto me mató. Cancha de tenis, piscina, una terraza del porte de mi depto y una vista al club de yates que relaja al más estresado.
Esa fue la semana de la Romi. La mía, entre cine, pega y conversas bien regaladas. Ahora, mi viaje transcurría entre podcasts de la Zero, Buddha bar, un disco de covers de la RockdeLux y la vista increíble del valle de Casablanca con esa luz perfecta de foto ochentera. No me importó ni el viejo durmiendo al lado, ni que el taco de autos argentinos demorara a la Romi casi el equivalente a mi viaje. Osea sí, me molestó un rato, pero luego de probar el sandwich y tomar un poco del café mirando las flores plásticas, me relajé. Me saqué el santiaguino de encima y me cambió la cara.
Es rico andar de peatón un rato. Bajarse de la máquina… y disfrutar el fin de semana que se viene tan rápido como la noche entrando por el ventanal.
A mi lado, el bolso.
Delante de mí, toda la gente que pasa rápido. Y los niños que miran las vitrinas mientras son tirados por sus papás. Todo bajo la pátina de Morcheeba y su Big Calm. Todos sonando como una canción de un soundtrack de una película demasiado lenta para mi gusto.
Pero la salida de Santiago fue mejor de lo que pensé. Después de almorzar rápido en mi dpto. y encargarle a la Mopa –mi perra, el oso peludo y sicótico de medio metro- a mis conserjes, partí a aplanar el cemento hirviendo con mis chalas. De ahí una micro. De ahí la oficina. De ahí un par de reuniones, emails, presentaciones varias… y play a mi mp3 y al formato kung-fu.
Caminar en Santiago. No es algo que hago normalmente. Siempre ando en la moto; de la pega a la oficina; de la oficina adonde-quiera-que-vaya. Siempre rápido. Así que lo disfruté. Con el calor y todo, lo disfruté. Atiné a hacer un bolso liviano. Además, hace tiempo que no iba al metro. Nunca me había bajado en Pajaritos. La cola para los pasajes fue poca cosa. Y justo cuando daba 10 pasos para comprar algo en un kiosco… zas!, que perdí el primer bus. Puntualidad inglesa. Plop.
El segundo bus salió a los 5 minutos. 18.45 y ya enfilaba a Viña a buscar a la Romi y los niños. Toda la semana, pobrecitos, en el departamento de mis tíos en Higuerillas. Increíble. Mi tía es decoradora. El depto me mató. Cancha de tenis, piscina, una terraza del porte de mi depto y una vista al club de yates que relaja al más estresado.
Esa fue la semana de la Romi. La mía, entre cine, pega y conversas bien regaladas. Ahora, mi viaje transcurría entre podcasts de la Zero, Buddha bar, un disco de covers de la RockdeLux y la vista increíble del valle de Casablanca con esa luz perfecta de foto ochentera. No me importó ni el viejo durmiendo al lado, ni que el taco de autos argentinos demorara a la Romi casi el equivalente a mi viaje. Osea sí, me molestó un rato, pero luego de probar el sandwich y tomar un poco del café mirando las flores plásticas, me relajé. Me saqué el santiaguino de encima y me cambió la cara.
Es rico andar de peatón un rato. Bajarse de la máquina… y disfrutar el fin de semana que se viene tan rápido como la noche entrando por el ventanal.
Revista al sábado
La única lata de dormir en una pieza total y absolutamente blanca –desde las lámparas hasta el plumón; de las sábanas a las cortinas- es la despertada. Tu primera pregunta apenas abres los ojos es quién cresta me está sacando una foto y por qué le pusieron flash a las 9 am.
Luego te levantas, corres las cortinas y te encuentras con esto:
Higuerillas. Sábado. Desayuno en la terraza (de esos que haces con calma; huevos con bacon, café recién hecho, jugo de naranjas, tostadas), el diario a un lado, los veleros a lo lejos… y yo riéndome de la Romi en su estado de máxima realización: en su rol de dueña de casa y madre de no-se-cuántos (los pololos y amigos de mis primos, adolescentes todos, entran y salen; no alcanzo a conocer ni a la mitad), mientras mis tíos zarpan en el yate hasta mañana.
“Están en su casa”, nos dicen.
Y qué más se le puede pedir a un sábado: un día increíble –abrió tipo 3-, un picoteo bien conversado con la Romi, con una vista espectacular al mar; más tarde, subimos a la piscina de la azotea con Sebastián (¡que ya aguanta 5 segundos bajo el agua y se tira piqueros con sus alitas!), donde jugó con los niños del edificio mientras yo leía a Cortázar… y, de postre, ver el atardecer en esta terraza increíble… y pizzas & película para terminar el día.
Con sábados como este, quien quiere fomingos.
Luego te levantas, corres las cortinas y te encuentras con esto:
Higuerillas. Sábado. Desayuno en la terraza (de esos que haces con calma; huevos con bacon, café recién hecho, jugo de naranjas, tostadas), el diario a un lado, los veleros a lo lejos… y yo riéndome de la Romi en su estado de máxima realización: en su rol de dueña de casa y madre de no-se-cuántos (los pololos y amigos de mis primos, adolescentes todos, entran y salen; no alcanzo a conocer ni a la mitad), mientras mis tíos zarpan en el yate hasta mañana.
“Están en su casa”, nos dicen.
Y qué más se le puede pedir a un sábado: un día increíble –abrió tipo 3-, un picoteo bien conversado con la Romi, con una vista espectacular al mar; más tarde, subimos a la piscina de la azotea con Sebastián (¡que ya aguanta 5 segundos bajo el agua y se tira piqueros con sus alitas!), donde jugó con los niños del edificio mientras yo leía a Cortázar… y, de postre, ver el atardecer en esta terraza increíble… y pizzas & película para terminar el día.
Con sábados como este, quien quiere fomingos.
7.1.07
Nico gateando!
Baboso. Baboso absoluto. Pero díganme si no es increíble la primera vez que tu hijo gatea?
Más aún si justo lo estás grabando.
Tomad.
Más aún si justo lo estás grabando.
Tomad.
4.1.07
Wine talk
Y sigue la semana de viudo de verano, por estos lares.
Anoche, para terminar un día totalmente agotador –presentación de comerciales a un grupo de gente para su evaluación en el Plaza El Bosque; una ida a Diez de Julio por un maldito tornillo de la moto, una presentación funada por un brief mal dado-, le pegué un telefonazo al buen Rec y nos juntamos en mi depto. para tomamos un vino que tenía guardado hace un rato. Para qué esperar más; había mucho que contar.
Primero por el caos familiar que estoy viviendo. Una mezcla extraña entre la familia más unida que nunca y una pena que ya es medio rabia. Súmele a la Romi y los niños en la playa (el celular se me descargó en medio día, nótese lo hablado), más las vacaciones y los cumpleaños a la vuelta de la esquina... Uf.
Él, con el atado de que Rec ya no va más, así que viendo qué va a hacer. Si seguir en Chilevisión o buscar por otro lado.
Habrá que ver.
Al final, un salud. Qué tanto. Mi compadre es seco en lo que hace, así que ofertas le van a llover. Mi familia, un roble. Lo que no te mata, te hace más fuerte.
La Mopa moviendo la cola, el vientecito rico que entra por la terraza, y un buen rato de conversa. Catarsis, para estos días. Justo lo que necesitaba.
A las 11 nos despedimos. A las 12 me llamó mi tío y conversamos por casi una hora. Está mal, claro. Pero saliendo. Con esa fuerza interna que impresiona y que te hace recordar que las cosas pasan por algo. Siembras lo que cosechas: en su caso, una familia sólida, unos hijos increíbles y unos amigos a prueba de balas.
Así que bien, dentro de todo.
Bien.
Salud por eso.
Anoche, para terminar un día totalmente agotador –presentación de comerciales a un grupo de gente para su evaluación en el Plaza El Bosque; una ida a Diez de Julio por un maldito tornillo de la moto, una presentación funada por un brief mal dado-, le pegué un telefonazo al buen Rec y nos juntamos en mi depto. para tomamos un vino que tenía guardado hace un rato. Para qué esperar más; había mucho que contar.
Primero por el caos familiar que estoy viviendo. Una mezcla extraña entre la familia más unida que nunca y una pena que ya es medio rabia. Súmele a la Romi y los niños en la playa (el celular se me descargó en medio día, nótese lo hablado), más las vacaciones y los cumpleaños a la vuelta de la esquina... Uf.
Él, con el atado de que Rec ya no va más, así que viendo qué va a hacer. Si seguir en Chilevisión o buscar por otro lado.
Habrá que ver.
Al final, un salud. Qué tanto. Mi compadre es seco en lo que hace, así que ofertas le van a llover. Mi familia, un roble. Lo que no te mata, te hace más fuerte.
La Mopa moviendo la cola, el vientecito rico que entra por la terraza, y un buen rato de conversa. Catarsis, para estos días. Justo lo que necesitaba.
A las 11 nos despedimos. A las 12 me llamó mi tío y conversamos por casi una hora. Está mal, claro. Pero saliendo. Con esa fuerza interna que impresiona y que te hace recordar que las cosas pasan por algo. Siembras lo que cosechas: en su caso, una familia sólida, unos hijos increíbles y unos amigos a prueba de balas.
Así que bien, dentro de todo.
Bien.
Salud por eso.
2.1.07
01 del 01
Y el 2006 se acabó. Horrible, el último día.
Pero ya es el 2007 y se respira la buena onda que quedó en el aire. La estela de los fuegos artificiales y las burbujas de la champaña (que manera de tomar Kir Royales; ando medio adicto, ¡me bajé la crema de cassis casi solo!), en parte para ahogar las penas y en parte para celebrar, exorcizaron todo lo del día anterior.
2007, here we go.
Y partió piolita, ah? En casa del Tata de la Romi, todos medio adormilados; no mucho que decir, salvo que la comida estuvo absolutamente increíble. Pero de ahí… música de trombón y plano medio de Sebastián (4 años) y yo (30 años), viendo el Discovery Kids. Porque, por mucho que queríamos ir a la fiesta de Rec, quedamos varados con el típico “¿dónde dejamos a los niños?”
Año nuevo, y a última hora?...
Plop.
Pero mejor. Porque nos acostamos temprano. Y cuando sonó el teléfono en la mañana y la Mayi nos invitó a Higuerillas –la Romi y los niños hasta el viernes, yo me volví hoy-, oseeeea. Qué me dijeron a mi.
Primero, porque todavía no conocía el departamento.
Segundo, porque mi tía es decoradora y colecciona cuadros y me moría de ganas de ver como les había quedado. Y, de hecho, todavía estoy alucinando con como es.
Tercero, porque la terraza me dejó plop. Un poquito más chica que mi departamento completo; al frente del Club de Yates. De noche, uf.
Así que, resumiendo, el “para de gozar” estuvo bueno. Mi primer día del 2007 lo terminé con unas copas de Kir, conversando con unos amigos de mios tíos, entre unos chocolates belgas increíbles, frente al mar y con una luna llena espectacular.
La balanza.
Algo de dulce que venga después de tanto agraz, ¿no?.
Pero ya es el 2007 y se respira la buena onda que quedó en el aire. La estela de los fuegos artificiales y las burbujas de la champaña (que manera de tomar Kir Royales; ando medio adicto, ¡me bajé la crema de cassis casi solo!), en parte para ahogar las penas y en parte para celebrar, exorcizaron todo lo del día anterior.
2007, here we go.
Y partió piolita, ah? En casa del Tata de la Romi, todos medio adormilados; no mucho que decir, salvo que la comida estuvo absolutamente increíble. Pero de ahí… música de trombón y plano medio de Sebastián (4 años) y yo (30 años), viendo el Discovery Kids. Porque, por mucho que queríamos ir a la fiesta de Rec, quedamos varados con el típico “¿dónde dejamos a los niños?”
Año nuevo, y a última hora?...
Plop.
Pero mejor. Porque nos acostamos temprano. Y cuando sonó el teléfono en la mañana y la Mayi nos invitó a Higuerillas –la Romi y los niños hasta el viernes, yo me volví hoy-, oseeeea. Qué me dijeron a mi.
Primero, porque todavía no conocía el departamento.
Segundo, porque mi tía es decoradora y colecciona cuadros y me moría de ganas de ver como les había quedado. Y, de hecho, todavía estoy alucinando con como es.
Tercero, porque la terraza me dejó plop. Un poquito más chica que mi departamento completo; al frente del Club de Yates. De noche, uf.
Así que, resumiendo, el “para de gozar” estuvo bueno. Mi primer día del 2007 lo terminé con unas copas de Kir, conversando con unos amigos de mios tíos, entre unos chocolates belgas increíbles, frente al mar y con una luna llena espectacular.
La balanza.
Algo de dulce que venga después de tanto agraz, ¿no?.
1.1.07
Desahogo (epílogo 2006)
Que heavy es cuando quieres contar algo y sabes que no puedes.
Porque es demasiado fuerte, y demasiado privado, y demasiado de la familia.
Pero por otro lado, este es mi blog. Mi descargue.
En fin.
El 2007 tuvo ese prólogo. Una de esas llamadas de mi hermana que sonaban casi a “prepárate porque se murió alguien”, y que al final se sintió casi tanto peor que eso. Un quiebre familiar que era imposible de ver venir.
Caos. Llantos.
Y por sobre todo, mucho dolor. De una de las personas que más quiero; de mi “segundo papá”. Así que el dolor lo sentí como si fuera mío.
Lloré mucho el sábado. Pero ni comparado con lo que debió de llorar él.
Que rabia. Que pena. Que todo. Pero qué le vamos a hacer. Qué cresta se le va a hacer. Y va a sonar raro, pero no me imagino a otra persona a quien le podría pasar esto. Porque no conozco a nadie más que tenga esa entereza, esa fe; ese amor por sus hijos.
El golpe fue. Dolió. Y hay que aguantar hasta que pase.
Y estamos todos aquí. Apoyando.
Así que, pensando positivo, el 2007 partió con la familia más junta que nunca. Un escudo humano que no va a des-soldarse más.
Porque el golpe ya fue. Ya estuvo. Ahora viene el rebote.
Y todo lo que se cae, va para arriba otra vez. Es física elemental.
Así que a abrir las champañas y a ver los fuegos artificiales, y a dar muchos abrazos. Uno, eso sí, más apretado que los demás.
Feliz 2007.
Feliz, porque vamos para arriba otra vez.
Porque es demasiado fuerte, y demasiado privado, y demasiado de la familia.
Pero por otro lado, este es mi blog. Mi descargue.
En fin.
El 2007 tuvo ese prólogo. Una de esas llamadas de mi hermana que sonaban casi a “prepárate porque se murió alguien”, y que al final se sintió casi tanto peor que eso. Un quiebre familiar que era imposible de ver venir.
Caos. Llantos.
Y por sobre todo, mucho dolor. De una de las personas que más quiero; de mi “segundo papá”. Así que el dolor lo sentí como si fuera mío.
Lloré mucho el sábado. Pero ni comparado con lo que debió de llorar él.
Que rabia. Que pena. Que todo. Pero qué le vamos a hacer. Qué cresta se le va a hacer. Y va a sonar raro, pero no me imagino a otra persona a quien le podría pasar esto. Porque no conozco a nadie más que tenga esa entereza, esa fe; ese amor por sus hijos.
El golpe fue. Dolió. Y hay que aguantar hasta que pase.
Y estamos todos aquí. Apoyando.
Así que, pensando positivo, el 2007 partió con la familia más junta que nunca. Un escudo humano que no va a des-soldarse más.
Porque el golpe ya fue. Ya estuvo. Ahora viene el rebote.
Y todo lo que se cae, va para arriba otra vez. Es física elemental.
Así que a abrir las champañas y a ver los fuegos artificiales, y a dar muchos abrazos. Uno, eso sí, más apretado que los demás.
Feliz 2007.
Feliz, porque vamos para arriba otra vez.
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