Hoy apareció una noticia de la que todos mis amigos
- Que la policía por default debería tener un registro global. Eso de "todos tenemos derecho a pasar desapercibido" es super valido, hasta que al lado tuyo anda un pedófilo que se quiere colar al jardín de tu hijo. Si no tienes nada que ocultar, qué te importa que el gobierno tenga tu cara. Si eso termina funcionando para que me saquen un parte automatizado, el pelotudo soy yo.
- Que, como bien dictará la ley en trámite, todos tenemos derecho a decidir qué información se le da a quién. Es muy distinto que al entrar a la clínica rápidamente me hagan un check-in, y pase y todo está listo... a que saquen a alguien de un banco porque se filtró su información de salud y no les conviene. Vi una charla en el SXSW super interesante sobre el "Blockchain of Everything", y tu derecho inalienable -ahí si estamos de acuerdo- de ser tú quien decide qué información le das a quien... pero que la llave de entrada sea tu cara? ¡la raja!
- Como publicista, y comunicador en general, soy un obsesivo con la experiencia de usuario. Y si hay algo más perfecto y seamless que mirar un punto y que te reconozcan, díganselo a Amazon Go para que mejore aún más esto:
¿Somos los dueños de nuestro rostro? Obvio. De la información que conlleva? Sí, hasta cierto punto. No quiero que sepas donde vivo ni cómo se llaman mis hijos. Pero sí quiero que mi banco me dé un café gratis y que el aeropuerto me deje entrar corriendo hasta mi asiento del avión para enchufarme a mi serie... que mi asiento del avión sabe exactamente en qué punto la dejé, porque me está mirando. Pero con respeto.
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