21.8.18
Mira. Mi primera pega de publicista.
El día que llegué a hacer la práctica a McCann (Uuuuuu...!), mi primera pega fue tomar un comercial de noruega (?), traducirlo y versionarlo. Al cliente le gustó tanto cuando lo canté, que terminé haciéndolo yo de verdad. ¡Y lo acabo de encontrar!
Mi primer pituto de locutor y mi primera pega de publicista: el Quicky Rap.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=cz5x4p3HmKM&w=854&h=480]
20.8.18
De la post-verdad, a la post-publicidad
Podemos ser muy creativos, muy rupturistas y muy premiados con lo que hacemos… pero el fin ultimo de la publicidad, siempre es y ha sido vender. Un perogrullo que más de algun cliente nos recuerda de vez en cuando: ¿Pero esto va a vender?… Una discusión eterna (que siempre tiene como ejemplos a Apple, que jamás ha puesto -ni pondrá- un precio en sus avisos; y el retail, que jamás sacará -ni dejará de usar- a los rostros). ¿Vende más el aviso con el precio gigante? ¿Vende más la experiencia de marca?
Si. No. Todo. Estamos en un mundo en donde los embajadores (los bien trabajados) nos venden productos sin que nos demos cuenta. Y las marcas tratan inútilmente de convertir su slogan en un hashtag. Entre todo ese agnosticismo de medios, en donde la publicidad ya no tiene cara de publicidad, es clave tener clara tu estrategia de marca. Tu espacio. Tu digital persona (entendiendo que hoy todo es digital y hashtageable) ¿Eres una marca que va a gritar precios? ¿Eres una marca que va a llegar por estilo de vida? Hoy un advocate de marca bien pensado y bien fidelizado, puede vender más que un aviso con el precio gigante. Porque estás “vendiendo” ese mundo que antes veíamos en irrealidades y focos de estudio, en la vida misma. En fotos quizás igual de trabajadas para Instagram, pero que respiran ese aire a “esto no es un aviso”.
En la era de la post-verdad, estamos frente también a la post-publicidad. A cautivar followers con fotos increíbles de tus tragos o tus cervezas insertas en situaciones “reales”. Porque hoy ya no competimos con la cerveza del lado, sino que con la foto del matrimonio del finde de tu prima. El boomerang de tu sobrina de 3 años.
Y eso, claro que vende. Porque hoy la moneda de cambio es la atención.
Pero no me malentiendan: Nuestro fin ultimo sigue siendo vender. Como siempre.
Solo que nuestro fin inmediato, empezó a competir no con los espacios publicitarios, sino que con los espacios (micro-momentos le dice Google) en que metes tu cabeza en el celular. Y eso implica intentar imbuirte en nuestra experiencia. Nuestro estilo de vida como marca. Nuestro brandeo post-publicidad.
Cristián “Ritalin” León es publicista de la Universidad del Pacífico.
Charlista, blogger y Director General Creativo de MRM/McCann.
Publicado primero en la revista de la AMDD en marzo de 2018
19.8.18
El problema con el contenido
En un mundo cada vez más audiovisual, con series que nos devoramos de una sentada (binge, le dicen los gringos), la publicidad digital (también netamente audiovisual) elevándose por sobre los canales estáticos y análogos... surge una pregunta tremenda: í¡¿De donde va a salir tanto contenido?!
Hace un tiempo tuve una conversación super interesante con alguien encargado de la curación de contenido de una linea aérea. Su trabajo (qué envidia) consistía en consumir contenido, viajar a summits de series y películas y armar la parrilla para los distintos vuelos, locales e internacionales. "Es un temazo en la industria", me comentó. "El mundo exige cada vez más contenido; cada vez más rápido... y la tecnología está ayudando a hacerlo. Hoy puedes tener una post productora completa en tu mac. ¿Pero de dónde salen las ideas? ¿De donde sale el contenido?" Las nuevas generaciones, criadas en esta misma constante cada vez más audiovisual, están dejando de leer.
Y si no lees, cómo escribes.
Otro signo de los tiempos me lo comentó un tremendo creativo a quien me tocó acompañar a lo "chaperón" cuando vino a una charla a Chile. El tipo, mega premiado en Cannes, me comentaba algo parecido: "Yo soy de la idea de mandar a concurso piezas digitales y de innovación. No creo en mandar comerciales. Dudo mucho que alguien de esta generación, pueda hacer algo tanto mejor en redacción a alguien de los 50s o 60s; de la época en que la gente realmente leía. Creo que en la innovación y los nuevos canales, tenemos mucha más oportunidad de innovar".
Cierto. Pero adhiere al tremendo desafío que se nos viene. Y es cosa de ver, en mi área, lo difícil que es encontrar redactores que realmente sorprendan con su prosa. Con su "arte" de escribir. En mis entrevistas, siempre una de mis primeras preguntas es "¿Qué te gusta leer"... Con el tiempo, ha ido mutando a un triste "¿Lees?"... La respuesta muchas veces es que no. Pero que es sec@ para ver series.
¿Son realmente las series la nueva literatura del siglo XXI? Y si es así, ¿ver muchas series en Netflix te hace un buen escritor de series y contenidos? No sé. Tengo mis dudas.
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