(Publicado originalmente el 22 de Octubre en IAB)
El tema de la temporada son las municipales. Las calles llenas de “palomas”, posters rayados o sin cara, las peleas entre los distintos “comandos”… y, claro, el hecho de que ahora la inscripción es automática y el voto voluntario. Un cambio trascendente en el voto ciudadano, que ha convertido a 5 millones de personas – y me incluyo- en nuevos votantes potenciales.
Interesante es “La Franja de Los Que Sobran”, una campaña creada por Ciudadano Inteligente, Fundación Iguales, Techo para Chile, Chao Pescao y Educación 2020, que pone en la palestra la importancia de esos cinco millones de votos; y la gran diferencia que estos nuevos votantes podrían hacer en la balanza política del país.
Algo total y absolutamente contrapuesto a lo que uno ve en las propuestas de los candidatos y partidos, que todavía no salen de su clásica foto de celular a recorte, con textos tan commoditys que uno se pregunta si lo harán porque no quieren perder votos con una postura real, o simplemente porque no hay propuestas realmente diferenciadoras y relevantes.
Me impresiona la miopía de la clase política, en este sentido: cinco millones de “Millennials”; gente que vive en las redes sociales (somos el país con la mayor penetración de Facebook del mundo), que consume como nadie videos en Youtube, y –ya lo hemos visto en todo el mundo- están tomándose el poder a punta de flashmobs, cadenas y organizaciones desde sus smartphones.
En nuestras municipales, mientras tanto; en pleno 2012, la propuesta de los candidatos se sigue quedando en la fotito que no dice nada -¿¡qué onda los fotógrafos de los políticos?!-, con textos del estilo “¿Y por qué no?” y “Se siente, se siente”. Y ojo que no hablo del archi prostituído código QR; sino propuestas reales. Plataformas simples y sociales de los partidos, que permitan que estos 5 millones de nuevos votantes conozcan las propuestas. Conversen con los candidatos. Pregunten. Entiendan en qué se diferencia este partido del otro. Yo no lo tengo nada de claro. Echo de menos plataformas que inicien debate, o incluso hagan participar a los vecinos en tomas de decisiones clave. ¿No es diferenciador que un candidato te pregunte a ti, como vecino, qué te importa más; y que esa votación popular –y no populista, finalmente- pueda convertirla en estandarte de su campaña, y punta de lanza de su propuesta? Un focus group que se convierte en grito… Y un grito que se vuelve votos asegurados.
Pero no. Se quedan en el textito fácil y el diseño mal hecho, en vez de invitar y potenciar un diálogo. Me quedé con ganas de ver una plataforma de un partido, grande, con propuestas reales, con videos que nos muestren quienes son. Con un documento descargable con sus propuestas, y un sistema que viralice esas propuestas. Cinco millones de votantes, multiplicado por la cantidad de amigos que cada uno de nosotros tenemos en Facebook (245 según los últimos estudios)… Uf. sumen nomás.
¿Voy a votar este año? No sé, la verdad. Y no es por falta de ganas. Es que simplemente me niego a votar por la mejor foto o el texto más divertido; o por el que me tapizó la salida de mi casa con su linda sonrisa. Porque no sé si detrás de esa sonrisa, slogan pegote o paloma gigante; no sé si detrás de esa mirada de “confianza y transparencia”, hay alguien que realmente piensa lo que yo, y se interesa por lo que me interesa a mi. No sé.
Y, viendo que ya estamos ad portas de las votaciones, dudo que lo sepa.
Al menos no en estas votaciones.
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