27.2.09

Piquero en Slo-Mo

La cosa es así: Luego de un día en que tienes el cuerpo en la oficina pero la cabeza en el cambio de casa, sales temprano, enfilas hacia tu nueva casa (apuntando mentalmente exactamente-cuanto-te-demoras en llegar), estacionas en tu nuevo estacionamiento -ahora la moto se cree auto, atrás quedaron sus días de mendigar espacio al auto), para entrar esquivando cajas y muebles a medio armar.
Y, tate: la casa ya se siente como tuya.
Cuento corto, cambio de casa versión telefónica, onda de lejos, más operación felina (el pobre Kuroi despertó eunuco y perdido) y, cuando ya no das más de calor por acarreo de cajas... La piscina te hace señas.
Y saltas.
Piquero en cámara lenta en medio de la noche, con tu familia en la terraza, la Mopa moviendo su cola de peluquería y chapes rosados ad-hoc y una cosa en la guata que ahogas con un gritito feliz bajo el agua.

15.2.09

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Leyendo "Los Reyes malditos" -voy en el libro IV, embaladísimo, casi 1 por día-, aprendí que en la Edad Media se comenzaba el año en ciertas fiestas como Navidad o Pascua; así que los años podían llegar a tener entre 350 y 400 días. Muy poco exacto, y un dolor de cabeza para los historiadores.
Pues bien, en el 2009 mi año comienza el 16 de Febrero, con mi regreso de unas vacaciones exquisitas que me suena que se las debo toditas a "El Secreto": una semana y media en el norte, solos la Romi, los niños y yo, disfrutando por primera vez de un camping -click uno: sin querer queriendo llegamos al que, segun todos con los que hablamos, sería "el mejor camping del norte"-, comiendo mariscos como si el mundo se fuera a acabar-click dos: también sin querer queriendo llegamos a un restorán con vista al mar cuya cocinera es nada más y nada menos que la ex cocinera del Chiringuito de Zapallar-, y recorriendo el Valle, Río Mágico y alrededores.

Luego, sin querer queriendo, y cuando ya habíamos tirado la toalla, me sale comprador del depto, lo que apura el regreso -pero no el retorno a trabajar, obvio-. Así que me pasé 4 días en un Santiago semidormido, terminando trámites y firmando papeles -click 3: en 3 días encontramos la casa soñada, así que el stress que quería alcanzarnos volvió a irse de vacaciones-, para volver a ponerle play a mi descanso. Esta vez, en la parcela. Asados, noches estrelladas, mucha lectura y hasta piqueros nocturnos.

Así que heme aquí apretando el "reset" del contador anual, desempolvando calcetines -record Guinness? No usé otra cosa que mis crocs por casi 3 semanas-, tanteando la clásica subida de peso y, oh yes, amontonando cajas con la Romi, ya que es definitivo: el 26 nos cambiamos a la casa.
La misma casa que habíamos soñado.

Con el contador en cero, mañana parte mi 2009; y le exijo harto, tratándose de un año de crisis: Ni más ni menos que armar finalmente mi super-equipo creativo, lanzarnos de lleno a lo digital, y sobretodo comenzar a disfrutar de la vida familiar de suburbio que tan a vida ochentera me suena. Y seguro que es así: bicis botadas en la entrada, muchas invitadas, muchos salús y muchos piqueros, como para no perder la costumbre.

6.2.09

Zoom, whush y sonidos afines

Ring Ring...
Suena mi celular, y adivinen quien es: la corredora de propiedades.
Tengo mi depto a la venta hace unos 11 meses, y justo ahora, entre piqueros y mariscales, aparece un comprador. Y urgido, porque tiene que cambiarse antes de marzo.
Así que apuro las cosas pero desde mi blackberry: ok, dale con los papeles. Sï, los reviso acá...
Pero el bichito parte molestando a la Romi, que se empieza a poner nerviosa.
"¿Volver en 2 semanas más, y 1 después el cambio?"
Claro, la pobre con trauma porque la vez anterior le tocó el cambio sola: yo con pega nueva, no podía pedir, el primer día, "libre por cambio de casa".
Luego el bichito me llega a mi.
Su Facebook: "Estresada por el cambio de casa".
El mio, "Estresado por la Romi y el cambio de casa".


Así que la pensamos harto, y le pegamos un recorte al norte, si bien no a las vacaciones: 11 días después de enfilar al paraíso nortino, venimos de vuelta cantando Mazapán y soñando con qué cuadros vamos a poner en el living.
Una por otra.

Así que acá estoy: le pusimos turbo a las vacaciones, hicimos en 11 días lo que pensabamos hacer en 20, y ya estamos apilando cajas mientras, con la otra mano, veo los papeles del depto y la búsqueda de la casa. Cosa que, dicho sea de paso, ya está casi cortado: encontramos la casa que queríamos los dos, y sólo falta que el dueño diga "ok" para empezar los trámites.

Así que en una de esas mis vacaciones siguen post papeleos. Todavía me queda 1 semana y 1 día. Esta vez, a la parcela, donde seguro que seguimos pensando en las cortinas y en los asados de inauguración... pero sin ese urgimiento de más. Esta vez, de vacaciones. Denuevo.