Y justo cuando uno cree que no puede tener más trabajo... ¡zas!...
Que sí.
Y no me quejo, ¿ah? Al contrario. Me encanta!
Agotador, pero alucinante.
Y es que, ¡cha-chaaaan!... en Buenos Aires me nombraron Digital Advisor para Sudamérica. Un tremendo desafío que está recién empezando, y que tiene que ver con lo digital; los cambios mediáticos y la migración de la publicidad a nuevas y más atrayentes formas.
Creación de contenido, en otras palabras.
Ejemplos? Muchos. Todos increíbles. Este. Este. Este.
Poruqe, claro. No en vano la revista Times publicó esta portada:
Así que heme aquí; armando un proyecto en conjunto con gente de L.A., Sao Paulo, New York y, obviamente, un tremendo equipo que se está creando acá en Chile.
Me siento totalmente metido en la red. ¡Y no es para menos!: Chile es el país más digitalizado del cono sur, y a su vez latinoamérica es la zona con mayor posibilidades de crecimiento del mundo... así que imagínense. Todos con los ojos puestos acá.
Y todas las pilas puestas en lo que se viene.
Así que las últimas semanas han sido una locura: conocer a 3 de los más grandes de toda la red en Interpublic, este nuevo "cargo", largas conversaciones con expertos que me han dejado con la boca abierta...
Y capaz que siga viajando y sorprendiéndome con lo que viene. Mientras, of course, tratando de provocar el mismo efecto en los clientes.
Y en eso estoy.
Right now.
31.5.07
25.5.07
hello, moto!
Y sí. Luego de varias semanas turnandome entre la peatonez y los tacos (ref: en moto llegaba a mi casa en 10 minutos. En auto, con taco, casi en 40), un amigo me recordó la promoción esta de Seguros Falabella, así que pasé a ver qué tan increíble era.
Y dije "Miiiiish...."
De hecho es la misma moto que mi buen amigo H se compró hace unos meses, así que ya la conozco. Una Honda de 125 cc, cuatro tiempos, con casco gratis y las primeras 2 revisiones sin costo.
Así que me tenté. Vi la letra chica -que no era tan chica, simplemente corto mi seguro actual del auto y pido uno nuevo, que sale apenas un poco más caro-, y pago $9,900 todos los meses por los 3 años que me dejan amarrado al seguro.
Que, de por sí, ya tenía hace rato.
Así que sumando y restando, voy a terminar pagando $16,300 extra al mes. Casi lo mismo que estoy gastando en bencina. O en Transantiago. Sin contar estacionamiento ni el tiempo perdido.
Osea, como $540.000 en total, por una moto que se vende a $900.000.
Y vuelve la independiencia; los trámites rápidos, el vientecito en la cara.
Se acaban los estacionamientos pagados, los tacos y la lata de haber perdido mi moto.
Así que, ¡Ritalin vuelve a ponerse casco, señores!
Me la entregan en 15 días, y no sé si voy a poder elegir el color... pero qué importa: chao tacos, chao Transantiago.
Again.
Y dije "Miiiiish...."
De hecho es la misma moto que mi buen amigo H se compró hace unos meses, así que ya la conozco. Una Honda de 125 cc, cuatro tiempos, con casco gratis y las primeras 2 revisiones sin costo.
Así que me tenté. Vi la letra chica -que no era tan chica, simplemente corto mi seguro actual del auto y pido uno nuevo, que sale apenas un poco más caro-, y pago $9,900 todos los meses por los 3 años que me dejan amarrado al seguro.
Que, de por sí, ya tenía hace rato.
Así que sumando y restando, voy a terminar pagando $16,300 extra al mes. Casi lo mismo que estoy gastando en bencina. O en Transantiago. Sin contar estacionamiento ni el tiempo perdido.
Osea, como $540.000 en total, por una moto que se vende a $900.000.
Y vuelve la independiencia; los trámites rápidos, el vientecito en la cara.
Se acaban los estacionamientos pagados, los tacos y la lata de haber perdido mi moto.
Así que, ¡Ritalin vuelve a ponerse casco, señores!
Me la entregan en 15 días, y no sé si voy a poder elegir el color... pero qué importa: chao tacos, chao Transantiago.
Again.
24.5.07
inspiration cards
Es raro ver una tarjeta de presentación distinta.
Nadie se preocupa mucho. Cuando, si lo pensamos bien, la tarjeta de presentación queda más tiempo que la cara o el apretón de manos. Es como el resumen de como quieres que te vean.
Las mías son corporativas. Gruesas. Grises y azul. Mucho texto. Mucho título.
Una lata. Pero qué le vamos a hacer, si el Worldwide es el que manda.
¡Pero la mayoría son así!. Cuadraditas. Con Times New Roman y los colores de la empresa.
Con harto serif y poca locura.
Con suerte, un logo que cambia un poco la cuadratez.
Con suerte.
Así que toparse con este link y pensar en tirar todas las tarjetas de tu billetera pasan al unísono.
Geniales todas. Copiables todas.
Clic acá.
Nadie se preocupa mucho. Cuando, si lo pensamos bien, la tarjeta de presentación queda más tiempo que la cara o el apretón de manos. Es como el resumen de como quieres que te vean.
Las mías son corporativas. Gruesas. Grises y azul. Mucho texto. Mucho título.
Una lata. Pero qué le vamos a hacer, si el Worldwide es el que manda.
¡Pero la mayoría son así!. Cuadraditas. Con Times New Roman y los colores de la empresa.
Con harto serif y poca locura.
Con suerte, un logo que cambia un poco la cuadratez.
Con suerte.
Así que toparse con este link y pensar en tirar todas las tarjetas de tu billetera pasan al unísono.
Geniales todas. Copiables todas.
Clic acá.
22.5.07
vip trip
¿Por qué?
¡Pues por todo, che!
Viaje en Primera Clase. ¿Qué cola? Check in online, fila especial; permisoooo...
La primera comida de avión rica en la historia. Disfrutada, claro, echado para atrás y leyendo The Economist. Quesitos. Pavo en costra de amapolas. Ensalada fresca. Tarte tatin.
Toma.
El hotel, un sueño: en pleno barrio Retiro; una arquitectura impresionante... y mi pieza casi tan grande como mi departamento. Con 3 teléfonos. 1 inalámbrico. Internet. Una tina de mi porte (que no es mucho, en realidad), minibar con chocolates belgas, caviar, Perrier, Evian, champaña francesa.
La comida, uf. El mejor restorán de hotel de la zona.
¡Y eso para empezar! El resto, mejor aún:
una semana completa con gente de todo latinoamérica. Discutiendo de publicidad; conversando con los capos más grandes del mundo -literal- en creatividad; los maestros de maestros directamente desde L.A. y N.Y. en un foro de tecnología digital...
Y yo, mirá vos, nombrado Digital Advisor para latinoamérica.
Y las salidas a Puerto Madero; los salús multinacionales; las carcajadas en espanglish.
Presentaciones varias a punta de coffeebreaks de facturitas, jugos naturales y pains au chocolàt que me hicieron subir, fácil, 2 kilos.
Fácil.
Y mucha mucha pasión en la pega. Y mucho mucho caminar por la ciudad más linda de latinoamérica. Aunque haya sido apurado y no haya comprado más que unos alfajores en un Disco; un par de CDs y libros para los niños.
Apurado, pero disfrutado.
No vengo a comprarrrrr vengo a disfrutarrrr.
Y epílogo 1: su blogger de acá echado hacia atrás, patas arriba, con un whisky a un lado y chocolates belgas al otro, en un bergiere con masajes a 10,000 pies de altura mientras juego PS2 online con otros pasajeros.
De ahí, una película que no alcancé a terminar.
De ahí, mi radiotaxi esperándome.
De ahí... Epílogo 2.
Nicolás, que lo poco que dice es "Papá", gritándolo mil veces mientras lo abrazo; con la Mopa saltándome como loca, Sebastián agarrándome la maleta para ver qué traigo, y la Romi mirándome feliz.
Quien dice que los negocios no se mezclan con el placer. Hay otra forma de disfrutar la pega?
Naaah.
¡Pues por todo, che!
Viaje en Primera Clase. ¿Qué cola? Check in online, fila especial; permisoooo...
La primera comida de avión rica en la historia. Disfrutada, claro, echado para atrás y leyendo The Economist. Quesitos. Pavo en costra de amapolas. Ensalada fresca. Tarte tatin.
Toma.
El hotel, un sueño: en pleno barrio Retiro; una arquitectura impresionante... y mi pieza casi tan grande como mi departamento. Con 3 teléfonos. 1 inalámbrico. Internet. Una tina de mi porte (que no es mucho, en realidad), minibar con chocolates belgas, caviar, Perrier, Evian, champaña francesa.
La comida, uf. El mejor restorán de hotel de la zona.
¡Y eso para empezar! El resto, mejor aún:
una semana completa con gente de todo latinoamérica. Discutiendo de publicidad; conversando con los capos más grandes del mundo -literal- en creatividad; los maestros de maestros directamente desde L.A. y N.Y. en un foro de tecnología digital...
Y yo, mirá vos, nombrado Digital Advisor para latinoamérica.
Y las salidas a Puerto Madero; los salús multinacionales; las carcajadas en espanglish.
Presentaciones varias a punta de coffeebreaks de facturitas, jugos naturales y pains au chocolàt que me hicieron subir, fácil, 2 kilos.
Fácil.
Y mucha mucha pasión en la pega. Y mucho mucho caminar por la ciudad más linda de latinoamérica. Aunque haya sido apurado y no haya comprado más que unos alfajores en un Disco; un par de CDs y libros para los niños.
Apurado, pero disfrutado.
No vengo a comprarrrrr vengo a disfrutarrrr.
Y epílogo 1: su blogger de acá echado hacia atrás, patas arriba, con un whisky a un lado y chocolates belgas al otro, en un bergiere con masajes a 10,000 pies de altura mientras juego PS2 online con otros pasajeros.
De ahí, una película que no alcancé a terminar.
De ahí, mi radiotaxi esperándome.
De ahí... Epílogo 2.
Nicolás, que lo poco que dice es "Papá", gritándolo mil veces mientras lo abrazo; con la Mopa saltándome como loca, Sebastián agarrándome la maleta para ver qué traigo, y la Romi mirándome feliz.
Quien dice que los negocios no se mezclan con el placer. Hay otra forma de disfrutar la pega?
Naaah.
16.5.07
Kharma, viste?
Luego de estar una semana en cama,
y que me robaran la moto,
y trasnochara como loco por una campaña...
Heme aquí (www.sofitel.com.ar), en un workshop.
Una semana completa en mi ciudad favorita.
Not bad, huh?
De áhí les cuento.
14.5.07
La Madre de todas las fiestas
El Día de la Madre de este año estuvo increíble, mes amies.
In-cre-í-ble.
Mi cuñado cerró el restorán para nosotros, así que todos los hombres de la familia nos volvimos un chef, un mozo o un barman del local más ondero de la zona más ondera de Santiago.
A la llegada, mis hermanos chicos –con delantales de colores y bandejas en la mano-, les entregaron a todas las mamás unos arreglos preciosos de rosas rojas.
El Nico no cachaba nada, pero se hizo chupete una bandeja de papitas que tenìamos para los más chicos. Ni supimos de él; jugó toda la tarde con sus primos y tíos.
Yo, me acaparé la barra, puse tango electrónico y serví las copas de Pisco sour hecho por mi viejo mientras llegaban todos.
Una para ustedes... otra para mi. Una para ustedes... otra para mi.
Mientras, atrás, la locura: mis primos y mi viejo apenas y se veían entre el vapor y los chisporroteos. Todos cocinando; todos conversando y riéndose mientras metían mariscos, carnes y pescados en ollas enormes. Cortando, salteando. ¡¿Dónde está la pimienta?!
Un verdadero espectáculo.
Por el otro costado, mis primas y mis hermanos chicos salían por la puerta batiente cargados de bandejas enormes, que iban poniendo en la mesa central.
Caviar. Camarones. Paté de ganso. Salames. Galletitas. Quesos ahumados.
La familia fue llegando de a poco. Las copas se rellenaban y yo miraba todo esto fascinado: sacando fotos al lugar espectacular, la chimenea prendida; los pétalos de rosas rojas adornándolo todo...
De ahí, un aplauso rotundo: Platos gigantes de Curanto (mi abuela es chilota), pescados de Isla de Pascua, carnes asadas y pastas llenaron el lugar de una mezcla de aromas exquisito. Se destaparon vinos –me agarré de mi Porta Select Reserve y no lo solté más-, empezaron los salús y comenzó a correr el caldito del Curanto en enormes tazas vaporosas.
La chimenea encendida, los niños en su propia mesa –de ahí fueron todos a la esquina, al Emporio la Rosa, y volvieron con barquillos-, los grandes celebrando, conversando como nunca (rara vez se juntan mi familia paterna y materna; pero cuando pasa, es increíble lo bien que lo pasamos)… y la Mayi dándome datos de todo lo nuevo de Baires, porque me voy mañana y no me quiero perder nada.
Me acordé de los finales de "The naked chef" en el Travel&Living: pura felicidad.
Broche de oro, café spresso vero-vero, acompañado de un helado de Bailey`s hecho por mi cuñado. ¡¡Exquisito!! Eso, más unos whiskis y rones y salús extra, convirtieron El Día de la Madre en un día inolvidable para todos. Toda la familia junta, todos disfrutando y riéndose y parándose de la mesa cuando ya era casi de noche.
Es que, ¿Hay algo más rico que tener un cuñado con un restorán increíble en el Barrio Lastarria?... ¡¡Sí!! Cerrarlo y hacer una fiesta en familia para el Día de la Madre.
Que al final, fue el Día de Todos. Porque no hubo nadie que no se fuera con una sonrisa en la cara.
Así que, ¡Salud por el "Oda" y salúd por las mamáaas!!
In-cre-í-ble.
Mi cuñado cerró el restorán para nosotros, así que todos los hombres de la familia nos volvimos un chef, un mozo o un barman del local más ondero de la zona más ondera de Santiago.
A la llegada, mis hermanos chicos –con delantales de colores y bandejas en la mano-, les entregaron a todas las mamás unos arreglos preciosos de rosas rojas.
El Nico no cachaba nada, pero se hizo chupete una bandeja de papitas que tenìamos para los más chicos. Ni supimos de él; jugó toda la tarde con sus primos y tíos.
Yo, me acaparé la barra, puse tango electrónico y serví las copas de Pisco sour hecho por mi viejo mientras llegaban todos.
Una para ustedes... otra para mi. Una para ustedes... otra para mi.
Mientras, atrás, la locura: mis primos y mi viejo apenas y se veían entre el vapor y los chisporroteos. Todos cocinando; todos conversando y riéndose mientras metían mariscos, carnes y pescados en ollas enormes. Cortando, salteando. ¡¿Dónde está la pimienta?!
Un verdadero espectáculo.
Por el otro costado, mis primas y mis hermanos chicos salían por la puerta batiente cargados de bandejas enormes, que iban poniendo en la mesa central.
Caviar. Camarones. Paté de ganso. Salames. Galletitas. Quesos ahumados.
La familia fue llegando de a poco. Las copas se rellenaban y yo miraba todo esto fascinado: sacando fotos al lugar espectacular, la chimenea prendida; los pétalos de rosas rojas adornándolo todo...
De ahí, un aplauso rotundo: Platos gigantes de Curanto (mi abuela es chilota), pescados de Isla de Pascua, carnes asadas y pastas llenaron el lugar de una mezcla de aromas exquisito. Se destaparon vinos –me agarré de mi Porta Select Reserve y no lo solté más-, empezaron los salús y comenzó a correr el caldito del Curanto en enormes tazas vaporosas.
La chimenea encendida, los niños en su propia mesa –de ahí fueron todos a la esquina, al Emporio la Rosa, y volvieron con barquillos-, los grandes celebrando, conversando como nunca (rara vez se juntan mi familia paterna y materna; pero cuando pasa, es increíble lo bien que lo pasamos)… y la Mayi dándome datos de todo lo nuevo de Baires, porque me voy mañana y no me quiero perder nada.
Me acordé de los finales de "The naked chef" en el Travel&Living: pura felicidad.
Broche de oro, café spresso vero-vero, acompañado de un helado de Bailey`s hecho por mi cuñado. ¡¡Exquisito!! Eso, más unos whiskis y rones y salús extra, convirtieron El Día de la Madre en un día inolvidable para todos. Toda la familia junta, todos disfrutando y riéndose y parándose de la mesa cuando ya era casi de noche.
Es que, ¿Hay algo más rico que tener un cuñado con un restorán increíble en el Barrio Lastarria?... ¡¡Sí!! Cerrarlo y hacer una fiesta en familia para el Día de la Madre.
Que al final, fue el Día de Todos. Porque no hubo nadie que no se fuera con una sonrisa en la cara.
Así que, ¡Salud por el "Oda" y salúd por las mamáaas!!
10.5.07
Illuminated
LA INSPIRACIÓN ES UN ESTADO MENTAL.
LA DEPRESION ES UN ESTADO MENTAL.
EL EXITO ES UN ESTADO MENTAL.
Wake up.
LA DEPRESION ES UN ESTADO MENTAL.
EL EXITO ES UN ESTADO MENTAL.
Wake up.
8.5.07
Bip!
Así que ando en auto. Le saqué todo el polvo, lo enceré y lo dejé impecable. So... ahora soy uno más de los cientos de giles que conforman los tacos. Aunque un poco menos: caché que si salgo a las 9.30 de la oficina, llego a las 9.40.
Y si salgo a las 9.20, llego casi a las diez.
Plop. A ver si alguien logra explicar eso con matemáticas.
Andar en auto tiene su lado bueno, eso sí. Me voy escuchando mis discos, y el perfume efectivamente me dura. ¿habrá sido el viento, digo yo?... Antes me echaba y era como si nada.
La cosa es que ando en auto todos los días excepto hoy, que la Romi fue a despedir al Nico, su primo, que se fue a vivir a Madrid el desgraciao.
(Plus: el vuelo se sobrevendió y le dieron 150 euros, dos comidas para 2 personas en el Sheraton y todo lo que quiera llevar de peso extra, gratis.
Chán.)
Al mismo tiempo, yo aprendía cual cavernícola a usar la famosa tarjetita que me mandó el banco, chequeando los recorridos por internet y preguntándole al micrero si efectivamente pasaba por Los Leones.
Me miró raro cuando busqué donde poner la tarjetita.
Y la vieja del lado me siguió mirando cuando esperé que saliera el boleto o algo.
Play a mi Nomad y el viaje se me volvió agradable. Gotan Project. Arctic Monkeys, y abajo.
Sin vidrios ni casco entre la ciudad y yo, aproveché de disfrutar cada paso. Los kioscos; la gente.
Santiago en zapatillas. Nice.
Y si salgo a las 9.20, llego casi a las diez.
Plop. A ver si alguien logra explicar eso con matemáticas.
Andar en auto tiene su lado bueno, eso sí. Me voy escuchando mis discos, y el perfume efectivamente me dura. ¿habrá sido el viento, digo yo?... Antes me echaba y era como si nada.
La cosa es que ando en auto todos los días excepto hoy, que la Romi fue a despedir al Nico, su primo, que se fue a vivir a Madrid el desgraciao.
(Plus: el vuelo se sobrevendió y le dieron 150 euros, dos comidas para 2 personas en el Sheraton y todo lo que quiera llevar de peso extra, gratis.
Chán.)
Al mismo tiempo, yo aprendía cual cavernícola a usar la famosa tarjetita que me mandó el banco, chequeando los recorridos por internet y preguntándole al micrero si efectivamente pasaba por Los Leones.
Me miró raro cuando busqué donde poner la tarjetita.
Y la vieja del lado me siguió mirando cuando esperé que saliera el boleto o algo.
Play a mi Nomad y el viaje se me volvió agradable. Gotan Project. Arctic Monkeys, y abajo.
Sin vidrios ni casco entre la ciudad y yo, aproveché de disfrutar cada paso. Los kioscos; la gente.
Santiago en zapatillas. Nice.
4.5.07
La termografía lo demuestra
La semana anduvo perfecta hasta por ahí por el miércoles.
Bien. Harto trabajo, obvio, pero bien. Campañas entretenidas y un Happy Hour con clientes al Lamu que me dejó medio huasqueado...
Pero bien. Osea, considerando que me tomé:
- Un cosmopolitan (con el estómago vacío, vale x 2)
- Un martini pepper (agh, que cosa más picante! Si van a la zona Vip, debajo del segundo asiento, lo van a encontrar intacto; de nada, oiga)
- Bali (con licor de Maca, lima y un dejo a crema de manos que tampoco me gustó mucho)
- Un apple martini
- Unos cuantos sorbos de Level puro (exquisito, pero uf, vodka puro al fin y al cabo).
Eso, entre buena conversación (desde psicología hasta publicidad, y de vuelta hasta los estrenos de la semana), sushi y picoteo tex mex, me tuvo hasta las 2 am livin´ alright--
Pero de ahí llegó el jueves.
Caña. Hachazo. Peatonismo. Una campaña increíble presentada y una voltereta en flip-flop hexagonal del cliente que volvió lo "brillante" en "mmm, no sé si es lo que AHORA necesitamos"...
Y trasnoche. Maldito, maldito trasnoche.
Campaña. Todo bien hasta el revisor. De ahí, todo mal. Nada.
Y trasnoche. Más trasnoche. Sushi conversado (quítale un punto negativo), más trasoche (vuelve a ponérselo)...
Y un fin de viernes con el ya clásico... "Mmm... creo que hay un problema de brief".
Mirada velada de odio a cuentas.
Trasnoche en vano.
Peatón. Moto.
(No viene al caso, pero sumó a la rabia)
Y se funó mi ida a ver Spiderman-3.
En cristiano, la curva de la semana fue una perfecta "U" inversa. Todo bien, terminando con todo mal.
Hasta que, claro, salgo de la oficina, tomo un taxi, paso los malditos tacos...
Y me despojo de Ritalín. Chao reloj, chao celular. Pesco las llaves, tomo el auto y vuelo hasta mi "dealer" (Sucre con Lyon, infaltable). Arriendo una de esas pelis de fácil masticación ("Miami Vice", cosa extraña, gana ante Scoop de Woody Allen, según my personal-critic-and-videoclub-owner), vuelvo rápido, reviso la correspondencia:
Blank. Placeres. Detalles. Lectura light para un finde con el cerebro desconectado y en remojo.
Perfect.
Reviso el refri. La Romi lo llenó de picoteo en potencia.
Nice.
Las cuentas llegan. No me cobraron la Tv satelital.
Cool.
Se acabó la semana. Machitún mental. Los niños en la cama, el scaldasonno listo...
Y qué, yo aquí escribiendo?...
Seré gil.
Shau.
Bien. Harto trabajo, obvio, pero bien. Campañas entretenidas y un Happy Hour con clientes al Lamu que me dejó medio huasqueado...
Pero bien. Osea, considerando que me tomé:
- Un cosmopolitan (con el estómago vacío, vale x 2)
- Un martini pepper (agh, que cosa más picante! Si van a la zona Vip, debajo del segundo asiento, lo van a encontrar intacto; de nada, oiga)
- Bali (con licor de Maca, lima y un dejo a crema de manos que tampoco me gustó mucho)
- Un apple martini
- Unos cuantos sorbos de Level puro (exquisito, pero uf, vodka puro al fin y al cabo).
Eso, entre buena conversación (desde psicología hasta publicidad, y de vuelta hasta los estrenos de la semana), sushi y picoteo tex mex, me tuvo hasta las 2 am livin´ alright--
Pero de ahí llegó el jueves.
Caña. Hachazo. Peatonismo. Una campaña increíble presentada y una voltereta en flip-flop hexagonal del cliente que volvió lo "brillante" en "mmm, no sé si es lo que AHORA necesitamos"...
Y trasnoche. Maldito, maldito trasnoche.
Campaña. Todo bien hasta el revisor. De ahí, todo mal. Nada.
Y trasnoche. Más trasnoche. Sushi conversado (quítale un punto negativo), más trasoche (vuelve a ponérselo)...
Y un fin de viernes con el ya clásico... "Mmm... creo que hay un problema de brief".
Mirada velada de odio a cuentas.
Trasnoche en vano.
Peatón. Moto.
(No viene al caso, pero sumó a la rabia)
Y se funó mi ida a ver Spiderman-3.
En cristiano, la curva de la semana fue una perfecta "U" inversa. Todo bien, terminando con todo mal.
Hasta que, claro, salgo de la oficina, tomo un taxi, paso los malditos tacos...
Y me despojo de Ritalín. Chao reloj, chao celular. Pesco las llaves, tomo el auto y vuelo hasta mi "dealer" (Sucre con Lyon, infaltable). Arriendo una de esas pelis de fácil masticación ("Miami Vice", cosa extraña, gana ante Scoop de Woody Allen, según my personal-critic-and-videoclub-owner), vuelvo rápido, reviso la correspondencia:
Blank. Placeres. Detalles. Lectura light para un finde con el cerebro desconectado y en remojo.
Perfect.
Reviso el refri. La Romi lo llenó de picoteo en potencia.
Nice.
Las cuentas llegan. No me cobraron la Tv satelital.
Cool.
Se acabó la semana. Machitún mental. Los niños en la cama, el scaldasonno listo...
Y qué, yo aquí escribiendo?...
Seré gil.
Shau.
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