Se nos fue el 18, y la preocupación panzeril se hizo evidente. Con un viaje en ciernes (siempre engordo heavy cuando viajo), no me quedó otra que asumir mi flojera de los ultimos ¿años? Y volver a reencontrarme con ese deportista relegado en alguna parte de mi ser. Escondido, seguro, entre montones de tragos, helados y sushi.
Obviamente mi primer approach fue via iTunes. Y buscando herramientas de entrenamiento (cuando quiera y como quiera es la consigna), me topé con MiCoach de Adidas. Un sistema sorprendentemente sofisticado, que usa el mismo pensamiento de Nike Plus... Pero sin otro aparato de pormedio que tu iPhone. O Samsung, o varios otros smartphone. La cosa es que me metí, creé mi perfil (“bajar la panza”, obviamente) y me puse a intrusear en la interfaz. Elegí la voz españolada de mi entrenadora, le dije que quiero bajar XX Kilos (me reservo ese dato), que peso XX (idem) y que quiero combinar correr con bicicleta y algo de aeróbicos. El resultado? Mi plan perfecto. Con el horario que yo elija, y una serie de sistemas hinchapelotas (widget, email, agenda) que me aseguran una no grata experiencia si llego a olvidarme de la panza que juré erradicar.
Ya llevo 2 días y el sistema me mató: elijo un album de mi iTunews, el sistema encuentra el GPS y partiste. Cada cierto rato te dice las calorías quemadas, kms recorridos y si debes apurar el tranco. Al volver, sin que le digas nada, el sistema reconoce que estás nuevamente donde partiste y te hace un resumen final, para luego sincronizar, sacar notas de rendimiento y decirte como vas con tu plan.
Y todo, sin más que mi iPad, mi bici... Y mis ganas de matar esta panza maldita.
Obviamente mi primer approach fue via iTunes. Y buscando herramientas de entrenamiento (cuando quiera y como quiera es la consigna), me topé con MiCoach de Adidas. Un sistema sorprendentemente sofisticado, que usa el mismo pensamiento de Nike Plus... Pero sin otro aparato de pormedio que tu iPhone. O Samsung, o varios otros smartphone. La cosa es que me metí, creé mi perfil (“bajar la panza”, obviamente) y me puse a intrusear en la interfaz. Elegí la voz españolada de mi entrenadora, le dije que quiero bajar XX Kilos (me reservo ese dato), que peso XX (idem) y que quiero combinar correr con bicicleta y algo de aeróbicos. El resultado? Mi plan perfecto. Con el horario que yo elija, y una serie de sistemas hinchapelotas (widget, email, agenda) que me aseguran una no grata experiencia si llego a olvidarme de la panza que juré erradicar.
Ya llevo 2 días y el sistema me mató: elijo un album de mi iTunews, el sistema encuentra el GPS y partiste. Cada cierto rato te dice las calorías quemadas, kms recorridos y si debes apurar el tranco. Al volver, sin que le digas nada, el sistema reconoce que estás nuevamente donde partiste y te hace un resumen final, para luego sincronizar, sacar notas de rendimiento y decirte como vas con tu plan.
Y todo, sin más que mi iPad, mi bici... Y mis ganas de matar esta panza maldita.
Posted via email from Ritalin.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario